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La silla rota

MAYO: Mes de la madre trabajadora

Publicado: 2020-05-01

La señora de la imagen es Nancy, hace un año la prensa la hizo famosa por personificar los valores que debe tener toda "madre". Mujer sacrificada hasta el final, contra todo y contra todos. Nancy barría las calles de Lima durante las madrugadas con el único objetivo de poder terminar de pagarle la universidad a su hija. Ella no tenía dinero para nada más que para su retoña. No tenía dinero, no tenía salud, no tenía identidad, ni vida. Su único consuelo y felicidad la sacaba de la idea de que su hija pueda conseguir un título profesional. El ser madre consumió el resto de su ser. Nancy no fue reconocida por ser Nancy, ella fue conocida y reconocida por ser madre. La madre que lo sacrifica todo por sus hijos. La madre que toda la sociedad espera que sean las mujeres peruanas, sin importar que esto les pueda costar hasta la propia vida.

La labor de Nancy es realmente la de un ser excepcional. Todas nuestras madres con sus particularidades lo son. Todas son seres excepcionales. Esperamos que estas mujeres, como madres, siempre lo den todo por nosotros ¿verdad? Eso es lo que conmueve. 

Pero, ¿qué es lo que realmente nos están enseñando con este mensaje? ¿qué es lo sublime acá? ¿qué es lo maravilloso y brillante? Más allá de lo romántica que esta idea de "amor de madre" puede sonar en spots publicitarios ¿qué es lo que verdaderamente está detrás de este discurso? 

Esta idea suena inofensiva, sí. Pero inofensiva en una sociedad donde las familias se encuentran compuestas por madre, padre e hijos. Cada uno con un rol específico. Las madres solo se dedican al cuidado del hogar y los padres a ser proveedores. Sin embargo, esto no existe más, hoy las familias tienen estructuras distintas. Hoy las madres no solo deben barrer la casa, las madres deben además salir a barrer las calles. En la mayor parte de casos las mujeres deben dedicarse no solo a ser cuidadoras si no, también, proveedoras. Es decir, las mujeres hoy para dar "amor de madre" no solo tienen que portarse con el arroz con pollo, hoy las mujeres tienen que parar la olla para ese arroz.

Ahora, preguntémonos: ¿qué es lo que genera este discurso en las mujeres, en sus cuerpos y en sus mentes? Pues esta forma de pensar, lleva a que en muchos casos las mujeres prioricen su rol de madre y dejen de ser mujeres, dejen de ser personas. Esta idea de "amor de madre" genera mujeres cansadas, preocupadas, tristes, agobiadas con el único fin de cumplir con ser "buenas madres". Pero por qué eso no sale en la tele, por qué no estamos hablando de eso en el mes del trabajo y de la madre ¿Acaso no lo vemos? ¿Acaso no lo vivimos? La respuesta es fácil, no hablamos de eso porque a algunos no les conviene hablar y porque otros lo hemos normalizado.

De acuerdo a Janet C. Gornick y Marcia K. Meyers, la madres trabajadoras invierten de 5 a 7 horas del día en labores domésticas y cuidado de niños (además de las horas que dedican al trabajo productivo). Esto representa el doble de las horas que reportan los hombres para esas mismas tareas. Las autoras se preguntan, de dónde sacan este tiempo las mujeres si para ambos sexos los días tienen 24 horas. Las autoras encontraron que las mujeres sacan este tiempo de sus horas de sueño, de sus horas de cuidado personal, de sus horas de tiempo libre. Esto genera el agotamiento emocional y físico de las madres.

Lamentablemente, en mi búsqueda no pude encontrar cifras que crucen la variable "madre" y la variable "tiempo libre" en el Perú. Sin embargo, pude encontrar en la Encuesta de Uso de Tiempo Libre - 2010 del INEI que en promedio las mujeres (ojo: mujeres, no madres) disponen de 4 horas menos de tiempo libre que los hombres. Estas cifras podrían sugerir que las madres en el Perú se encuentran en similar situación respecto de la posibilidad que tienen para dormir, cuidarse y entretenerse respecto de los padres.

Este mes de mayo utilicémoslo para pensar cómo es que esto impacta a nuestras familias y tratemos de cambiar esa realidad. Nuestras madres no son solo madres, son mujeres, son personas que tienen el mismo derecho que cualquiera de nosotros de vivir una vida digna y feliz.

*Quisiera aclarar que en este artículo no he podido hacer referencia a las dificultades específicas que tiene el ser madre miembro de colectivos vulnerables. Las cifras se incrementarían de manera exponencial. Desafortunadamente, no existe data cuantitativa que pueda ayudar a la reflexión, más allá de estas líneas. Esto es una tarea pendiente.


Escrito por

CarolinaRG

Abogada un poco. Diversidad bastante.


Publicado en

La Purga

A veces hay que soltarse un poquito.