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No soy racista, pero...

Las "nuevas" formas de justificar el racismo desde el lenguaje

Publicado: 2019-12-13

No es novedad que los indígenas fueron desde la conquista española hasta finales del siglo XIX considerados -si es que personas- inferiores. La "raza" indígena era considerada una "carga" que debía asumir la Nación y el Estado moderno. Teniendo esto en cuenta, las expresiones racistas en la esfera pública se encontraban totalmente legitimadas y no requerían mayor justificación que el propio dicho del patrón. Así pues, era obvio que si un indígena osaba infringir las normas sociales y legales siempre habría alguien que públicamente le haría recordar quién era y cuál era su lugar en la sociedad. 

Hoy en día, no podemos decir que como sociedad hayamos superado este tipo de dinámicas. Todos los días somos, testigos, cómplices, víctimas y victimarios de episodios públicos de racismo como el que tuvo lugar hace unos días en el distrito de Surco (Para más detalles, click aquí). No obstante, lo que sí podemos decir es que nuestra reacción frente a estos episodios públicos de racismo -aunque muy lentamente- ha ido cambiado. Los victimarios ya no poseen la legitimidad de antaño para perpetuar este tipo de ataques y el nivel de tolerancia de las víctimas, testigos y de la sociedad en general hacia el racismo en las esferas públicas ha disminuido. 

Hoy por hoy, ser racista en el Perú tiene sanciones tanto legales como sociales. Así, los racistas se ven obligados a negar su condición y a ensayar justificaciones más allá del racismo para poder de alguna forma legitimar su actuar y, consecuentemente, palear las sanciones cuando perpetúan sus ataques en espacios públicos. Esto, pues, fue lo que tuvo que ensayar María Soledad Olivares Baca hace un par de días al ser acusada de racista en redes sociales y otros medios de comunicación (Para más detalles, click aquí).

Lo que en resumidas cuentas indicó Olivares fue que ella no era racista por los siguientes motivos: (i) la palabra cholo no es un insulto, (ii) hay mucha sensibilidad sobre el asunto del racismo, (iii) no tenía intensión de que la gente lo tomara "así", (iv) tiene muchos amigos "así"; y, (v) ella se considera también un poco "así".

Bonilla-Silva en su libro "Racism without Racists" habla de las nuevas formas en las que se presenta el racismo, una de estas tendencias es la llamada "Color-blind Racism" o "racismo acromático" en español. Esta nueva forma de racismo se basa en que los racistas niegan de distintas formas la existencia de racismo llegando muchas veces a la incoherencia. Son diversas las herramientas que se usan para tejer este tipo de discursos pero, de acuerdo a Bonilla-Silva, las más relevantes se encuentran relacionadas al uso del lenguaje: (i) se evita el lenguaje racial directo; y, (ii) se usan paracaídas verbales para evitar discusiones profundas.

En el caso de Olivares, se puede observar claramente que evita -a toda costa- hacer referencia a la palabra "cholo", así como a aceptar directamente la existencia de racismo. De esta forma, indica: "Yo no considero que la palabra cholo es una mala palabra.", "Yo creo que no es un insulto.", "Deberíamos sentirnos orgullosos.", "Los que son ASI". Sin embargo, al mismo tiempo señala: "Es mas, yo me creo menos que mucha gente" ; y, que su racismo (?) fue originado porque el conserje la "tuteó".

Igualmente, Olivares usa paracaídas verbales para no caer en discusiones profundas. Frases como "Yo tengo muchos amigos así."  y"Yo también me considero un poco así." , sirven como fachada para justificar su ataque racista. Los racistas utilizan estas frases como recursos a los cuales poder volver en caso se les tilde de victimarios y así poder continuar perpetuando el delito.

Finalmente, hay una última estrategia que, a mi parecer es la más peligrosa de todas dentro del nuevo racismo: "la hipersensibilidad" o, como criollamente se le denomina, "el resentimiento". Algunos individuos suelen apelar a "los complejos de inferioridad de esta gente" a fin de maquillar su racismo culpando a la víctima. Las personas que suelen utilizar esta estrategia son, por lo general, personas que no se consideran víctimas de racismo al pensarse sin rasgos andinos. Consecuentemente, estas personas desconfían de la veracidad de los episodios relatados por las víctimas y las tildan de "resentidos o acomplejados". De esta forma, el racismo queda invisibilizado no solo para los terceros sino, escalofriantemente, hasta para el propio victimario.

Es bueno tratar de hacer este ejercicio cuando pensamos que no somos racistas. Cuestionemos siempre las cosas que damos por hechas y tomémonos el tiempo para tratar de mantener un discurso coherente al principio de la igualdad y no discriminación racial que tanto predicamos.


Escrito por

CarolinaRG

Abogada un poco. Diversidad bastante.


Publicado en

La Purga

A veces hay que soltarse un poquito.